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驴Por qu茅 Australia si y Argentina no?



 




La comparaci贸n entre la performance argentina y la australiana es reveladora de las diferencias hist贸ricas y estructurales que existen entre ambas naciones. Hoy la brecha que las separa es abismal, pero se abren algunas perspectivas que pueden favorecer el futuro de nuestro pa铆s.

Muchas veces se ha formulado la misma pregunta: 驴por qu茅 dos pa铆ses similares tienen destinos econ贸micos dis铆miles? En la historia es muy com煤n recurrir a las comparaciones, para estudiar por ejemplo por qu茅 hay diferencias notorias en el desarrollo de diferentes pa铆ses.
A la Argentina se la ha comparado con muchas naciones, pero quiz谩s la comparaci贸n m谩s pertinente y estudiada sea la que se realiza con Australia. Un nuevo estudio recupera esta tradici贸n y echa luz acerca de los desaf铆os argentinos a futuro. Pablo Gerchunoff, economista e historiador de la Torcuato Di Tella, ha realizado -con la colaboraci贸n de Pablo Fajgelbaum- un nuevo ensayo de historia econ贸mica comparada sobre los paralelismos Australia-Argentina titulado "Encuentros y desencuentros de dos primos lejanos".
El disparador es sugerente: "驴Por qu茅 la Argentina no logr贸 el desempe帽o econ贸mico de Australia cuando en 1930 promet铆a hacerlo?". Ambos pa铆ses demostraban tener condiciones aparentemente parecidas: naciones j贸venes con pasado colonial, amplios territorios, recursos naturales, ventajas en producci贸n primaria y fuerte incidencia inmigratoria.

SIMILITUDES Y CONTRASTES. Son tales las similitudes entre ambos pa铆ses que Gerchunoff se anima a jugar con la idea de Argentalia, una mezcla de Argentina y Australia, un pa铆s hipot茅tico con los rasgos comunes de ambas naciones: los dos presentan una colonizaci贸n reciente; tienen variedad de climas pero prevalece el templado; ambas est谩n en el hemisferio sur (Buenos Aires y Sydney en el paralelo 34) y a una gran distancia de los centros de poder; ambas tienen poblaci贸n escasa y tierra abundante, lo que hace a salarios reales altos; ambas son productoras de materias primas y tuvieron una relaci贸n privilegiada con Gran Breta帽a (de exportar productos de la tierra y comprar insumos, bienes de capital).
Sin embargo, la foto que muestra el presente es la de una terrible divergencia: Australia est谩 primera en el ranking de ingreso por habitante en el hemisferio sur y 10a en el mundo, y se ubica en el tercer puesto en desarrollo humano. La Argentina est谩 en 34掳 puesto en desarrollo humano y detr谩s del 40掳 en ingreso por habitante. Australia tiene cuatro ciudades en el top ten de las urbes con mayor calidad de vida seg煤n un estudio de The Economist: Melbourne (2a), Perth (5a), Adelaida (6a) y Sydney (7a). Buenos Aires aparece, en el mismo ranking, en el puesto 64掳.
Los contrastes se observan tambi茅n en el terreno de la igualdad: en Australia el 20 % m谩s rico gana 7 veces lo que recibe el 20 % m谩s pobre, mientras que en la Argentina esa relaci贸n es de 18 veces. La conclusi贸n es simple: hoy casi nada une a Australia y Argentina, aunque en el pasado eran pa铆ses comparables (especialmente entre fines del siglo XIX y la gran depresi贸n). La prensa internacional lleg贸 a describir a los argentinos como "los yankees del sur", y numerosos notas del New York Times compararon la evoluci贸n argentina y australiana. "Hoy s贸lo nos podemos medir con ellos al tenis", ironizan los autores en el trabajo. Es cierto, Guillermo Coria de vez en cuando
le gana a Leyton Hewitt.

A COMPARAR. Cuando se observa una larga comparaci贸n Argentina-Australia (1884-2004) en producci贸n respecto de la cantidad de habitantes aparece una U invertida: al comienzo crece r谩pido el PBI por habitante argentino, pero la tendencia se invierte desde los a帽os "20. Seg煤n se observa en el trabajo de Gerchunoff, luego de un per铆odo de convergencia entre 1884 y 1929 (aumentan velozmente la inmigraci贸n, la producci贸n y la productividad), entre 1945 y 1975 empieza a existir una divergencia moderada, que se convierte en divergencia fuerte a partir de 1975. En ese per铆odo nos alejamos del todo.
Australia hab铆a sido "descubierta" por navegantes espa帽oles en el siglo XVI, pero en 1770 llega James Cook y pasa a ser propiedad de Inglaterra. Australia aparece as铆 como una soluci贸n para los excesos de presos en Inglaterra: los mismos convictos construyen los asentamientos entre fines del siglo XVII y principios del XIX. Por 40 a帽os el progreso estuvo limitado a la actividad penal. M谩s all谩 de eso, se contrabandeaba ron y la caza de ballenas originaba el aceite que servia para iluminaci贸n en Europa. Ya en los a帽os 20 aparece inmigraci贸n y se genera el desarrollo pastoril: el buen clima y la abundante pastura permiten hacer atractivo el negocio de la lana.
Mientras la Argentina ten铆a una historia de conflictos (unitarios y federales, rebeli贸n de caudillos, ausencia de insti-tucionalizaci贸n, guerra de la Triple Alianza), Australia se desarrollaba en paz. Una diferencia es que ellos no tuvieron lucha por la independencia; hasta se verific贸 el inter茅s de Inglaterra por el autogobierno australiano. Como es una isla, adicionalmente estaban m谩s protegidos y aislados de posibles guerras. Para colmo, en 1851 encuentran oro en Australia, lo que genera un aluvi贸n inmigratorio y numerosas inversiones.
El progreso australiano se sustenta as铆 en ganado, miner铆a y en las inversiones brit谩nicas, mientras que el argentino en sus tierras f茅rtiles, en la inmigraci贸n y en el capital brit谩nico. En ninguno de los dos casos hay un proceso temprano de industrializaci贸n. Lo que si hay en Australia tempranamente es una ampliaci贸n de la legislaci贸n social, del proteccionismo y de la redistribuci贸n, combinados con una consolidaci贸n institucional de la mano del parlamentarismo. En la Argentina se observa una demora social e institucional: las vacas engordaban, no se buscaban consensos y los conservadores gobernaban con baja legitimidad social.
Hasta ahora lo que explicaba la diferencia de desarrollo era la posici贸n geopol铆tica y econ贸mica de Australia, su ubicaci贸n en el Pac铆fico sur, su relaci贸n con Gran Breta帽a y especialmente su disponibilidad de minerales. Gerchunoff agrega m谩s razonamientos.
La primera guerra mundial beneficia a Australia por su estrecha relaci贸n con Gran Breta帽a. Aquel pa铆s parece tener cierta fortuna que explica parte importante de la divergencia posterior: en lo geogr谩fico y pol铆tico, le da impulso la preferencia brit谩nica, la demanda japonesa en la segunda guerra mundial, el haberse convertido en el pa铆s favorito de Estados Unidos en el Pac铆fico Sur (clave frente al fantasma comunista) y fundamentalmente su perfil productivo diferenciado.
Los minerales e hidrocarburos australianos hacen la diferencia y generan una diversificaci贸n que la Argentina no tuvo. Adem谩s, el hecho de no producir s贸lo alimentos le permite -seg煤n razonan los autores del trabajo- disminuir las tensiones del conflicto distributivo. Como se sabe, el pa铆s que exporta lo que come su poblaci贸n tiene un problema social por el impacto de los precios internacionales.
La Argentina aparec铆a geogr谩ficamente poco relevante para los pa铆ses poderosos como Estados Unidos (en las guerras y hasta la guerra fr铆a), no ten铆a vecinos muy expansivos y enfrentaba problemas en el sector externo y para sostener salarios altos. Gerchunoff habla de una mayor tendencia al conflicto distributivo y a tener una situaci贸n econ贸mica de stop and go.
As铆 es c贸mo se iluminan posibles explicaciones para esta divergencia, entre lo econ贸mico, lo productivo, lo pol铆tico, lo institucional y los factores geogr谩ficos. Pero no todo es desalentador: Gerchunoff asegura que la Argentina est谩 ahora frente a una oportunidad. Entre 1990 y 2005 la Argentina creci贸 apenas medio punto menos que Australia. La velocidad de la divergencia se ha reducido. Y ahora la Argentina empieza a tener una chance derivada de la fortuna: Asia consume lo que la Argentina produce. Es el caso de China y otros pa铆ses de incipiente desarrollo.
La canasta de exportaciones argentina tiende a diversificarse y no depende s贸lo de alimentos que se consumen internamente: all铆 est谩n la soja pero adem谩s la siderurgia, el aluminio, la petroqu铆mica, los hidrocarburos. Otra vez un ciclo favorable a las materias primas, nueva demanda mundial, una canasta exportadora m谩s diversificada y un menor conflicto distributivo abren la posibilidad de quebrar la tendencia. "Nuestro trabajo -explica Gerchunoff- trata de mostrar que no nos fue mal porque hicimos todo mal, sino que hubo factores que no pudimos manejar. Australia encontr贸 la inserci贸n que la Argentina perdi贸 en los 30 y no pudo recuperar hasta ahora. La cuesti贸n ahora es aprovechar esta nueva oportunidad".

 

 


Autor: Rodolfo Cerminara
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