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20 motivos para dejarlo todo e irte a Buenos Aires



 



1)LA ARQUITECTURA

Mil variedades constructivas se dan en esta gran ciudad. Los edificios de estilo afrancesado del Microcentro contrastan con las casas de chapa pintada de La Boca o con los rascacielos de Puerto Madero, donde se mantienen reconvertidos los icónicos almacenes portuarios de ladrillo rojo. Hay grandes avenidas con un aire a la Gran Vía madrileña y rincones con un deje barcelonino. Algunas calles de Palermo Chico parecen sacada directamente del Chelsea londinense más posh y por toda la ciudad aparecen esas viviendas unifamiliares tipo chalet que señalan las múltiples procedencias de la ensaladilla que es la población de la ciudad. Se puede encontrar un trasunto de un cottage que no desentonaría en la campiña inglesa en pleno Belgrano o un chalet alpino en plena Avenida Forest. Todo diferente, tal vez sin mucha lógica climática pero extrañamente armónico. Es una ciudad para pasarse horas observando fachadas.

2)TOMAR UN ASADO

Todo lo que se diga es poco. La fama mundial de la carne argentina es sobradamente merecida y disfrutar de un asado es una experiencia que nadie debería perderse (vegetarianos aparte) . No es sólo la calidad del producto, es el corte, que es distinto, la forma de prepararla y la mano del asador, que logra que a base de una elaboración lenta las piezas más cercanas al hueso adquieran una textura como de mantequilla. Mollejas, bondiola, matambre… en ningún otro sitio del mundo estáis tan deliciosos.

Carne argentina: todo lo que se diga es poco
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3)EL HELADO

Hasta los italianos sinceros te lo reconocerán: el helado en Buenos Aires es, sin miedo a las generalizaciones, el mejor del mundo. Las cadenas Persicco o Freddo te harán guiños tentadores desde cada uno de sus establecimientos, pero merece la pena perderse por las heladerías de barrio buscando ese punto perfecto de cremosidad que recuerda a la nata recién batida. Ten presente que aquí granizado no significa hielo picado sino motas de chocolate y, sobre todo, no olvides probar el sabor a sambayón. Que sepamos todavía no hay helado con sabor a Fernet con Cocacola, pero todo se andará.

4)LOS GRAFITIS Y EL ARTE URBANO

Más politizadas o más arty, Buenos Aires es un paraíso para los cazadores de pintadas callejeras. Se venden libros que recopilan las más emblemáticas y se organizan circuitos para recorrerlas pero lo mejor es ir con los ojos bien abiertos para apreciar esta viva y mutable forma de medirle el pulso a la ciudad.

Arte urbano
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5)HABLAR DE POLÃTICA

La palabra clave es “peronismoâ€. Probablemente tu estrecha mente acostumbrada a los reduccionistas parámetros de “derechas†e “izquierdas†no llegará nunca a comprender los múltiples misterios y ramificaciones del peronismo, pero a buen seguro que terminarás discutiendo durante horas con los pro y anti Perón, pro y anti Kirchner y pro y anti Macri. Una importante conciencia social que lleva a todo el mundo a tener una opinión fundamentada y muy extremada sobre la política neoliberal de Menem, la política exterior de los Kirchner o los planes sociales del actual gobierno, que estarán dispuestos a debatir intensamente durante horas. ¿Un tema para poner a todos de acuerdo? ¡Ey, el Papa es argentino!

6)HABLAR DE ECONOMÃA

La palabra clave es “inflaciónâ€. Prepárate para manejar conceptos macroeconómicos de cuyo significado no estás muy seguro. Todo el mundo pendiente del peso oficial y también del blue, cuya cotización no acertarás a explicarte; todo el mundo con una opinión sobre las medidas exportadoras de la carne y la soja; todo el mundo moviéndose con la certeza fatalista de que cada diez años hay un crack y la economía del país se va al tacho... no intentes comprenderlo porque no lo conseguirás. Argentina es un país difícil de explicar para los propios argentinos y muy complicado de entender para los extranjeros.

Carteles típicos en la Plaza Dorrego
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7)IR DE EXCURSIÓN

A la salida de ese mundo que se conoce como “el gran Buenos Aires†hay infinitas posibilidades esperando. Merece la pena ir a pasar el día a una estancia rodeada de verdes llanuras y tener un picoteo de la vida rural argentina, o subirse a una barca para recorrer los canales del estuario del Tigre, salpicados de preciosas casas-palafitos y de porteños ociosos practicando deportes acuáticos. Y no hay que olvidar que a un paso en barco cruzando el Río de la Plata (momento óptimo para no tener miedo y cantar esto ) está Uruguay, donde las calles empedradas de Colonia de Sacramento con su paz y su ritmo ralentizado harán que pienses que te has trasladado a otra época.

8)LAS EMPANADAS

Hay infinitas variedades regionales, como con tantos otros platos tradicionales de la cocina argentina (hay que probar, aunque estemos en la capital, la cocina norteña) . El tipo de empanada nos da igual; fritas en grasa o al horno, de jamón y queso o carne, rellenas de humita … son la sencillez hecha perfección.

9)EL RITUAL DEL MATE

Esta bebida amarga es uno de esos gustos adquiridos en los que puede costar iniciarse pero que una vez se prueban se comprenden la adicción que llegan a generar. Pasarlo de mano en mano, rellenarlo con un termo de agua caliente y aprender su ritual tiene algo de comunión colectiva que invita a la charla y al hermanamiento. Recuerda que el que lo tiene debe acabarse el agua y jamás se tiene que remover la hierba, por mucho que tiente darle una vuelta a la bombilla.

Las empanadas: parada obligatoria
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10)LOS PARQUES

Baires es tráfico endiablado, largas distancias, la calle de más carriles del mundo y también, sorprendentemente, una ciudad muy verde. Está salpicada de parques y jardines por todas partes en las que los jóvenes charlotean o los mayores toman la fresca y casi todas las calles disfrutan de la sombra de los árboles en las aceras. Así, por milagros de la concepción urbanística, logra ser una gran ciudad que no huele a contaminación sino a vegetación, y hasta ocasionalmente a asado.

11)EL TEATRO

Los escenarios bonaerenses gozan de envidiable buena salud, derrochan creatividad y un público aficionado que acude regularmente a las plateas. Hay para todos los gustos: espectáculos cómicos, grandes montajes dramáticos de clásicos, improvisaciones underground y un off (y un off off) : corrientes que ni envidian ni se plantean la existencia de Broadway.

12)LAS LIBRERÃAS

Pasear por las calles céntricas de una ciudad y encontrar librerías en vez de franquicias de tienda de moda internacional se está convirtiendo en un tesoro cada vez más preciado. El antiguo teatro Ateneo reconvertido en librería cafetería es un emblemático ejemplo de esta buena costumbre, pero existen muchas otras y numerosas librerías de viejo en las que perderse durante horas.

El antiguo teatro Ateneo
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13)EL IDIOMA

Sí, oficialmente es el mismo pero no: no es para nada el mismo. Sin llegar a los extremos tangueros de “los morlacos del otario/los tirás a la marchanta†todos sabemos que las diferencias idiomáticas entre el castellano de España y el castellano de Argentina acusan un océano de distancia. Comprobar los cambios en el propio cuerpo enriquece y da color a la experiencia bonaerense. Desde el básico y perfectamente comprensible “relindo†hasta el diferente uso de “obvioâ€, pasando por el gran esfuerzo mental que habrá que hacer para no decir “ve a coger el metro†sino “andate a tomar el subteâ€, en Buenos Aires aprenderás rápidamente el rudo significado de “garchar†o las diferencias entre los chetos y los grasas, meterás la pata, no entenderás nada, aprenderás términos nuevos y querrás quedártelos para siempre.

14)EL TANGO

El mito obliga, pero con criterio: hay que huir de los espectáculos organizados exclusivamente para turistas e ir a sitios con su punto de autenticidad en los que bailan tango porteños no profesionales y aficionados con onda que no llevan forzosamente traje ni medias de rejilla. Prueba los martes en ** La Catedral , un antiguo almacén reconvertido en centro social/local** de espectáculos/sitio con un rollaco que te va a flipar. Menos espectacular como local pero más para apasionados del baile que tiene en su currículum haber sido condenado por un papa, está el Club Villa Malcom. Y para poner a prueba la memoria y cantar esas letras satánicas y angelicales a la vez, el boliche de Roberto en la calle Bulnes.

Tango en La Catedral
La Catedral Club
15)EL DULCE DE LECHE

Una de las contribuciones argentinas al patrimonio mundial es esta adictiva sustancia no apta para diabéticos. No hay que esforzarse por buscarlo: está por todas partes, industrial o casero, tentándonos con su textura y empalagosidad.

16)LAS FACTURITAS Y LOS DULCES EN GENERAL

Por si no había quedado claro, la población bonaerense responde a eso tan cliché de “crisol de culturasâ€, y el mundo goloso no es más que otra traslación de este mestizaje. Churros españoles, facturas (bollería) de inspiración europea, chipá de influencia guaraní, tiramisú italiano, tortas de variadas procedencias… Sea en el desayuno, el postre o la merienda, siempre hay que dejar un sitio para ellas.

Buenos Aires infinito
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17)CRUZARSE CON UN PASEADOR DE PERROS

Una de las estampas más típicas porteñas es ver a los paseadores recorriendo las calles con una manada bien ordenada y obediente de hasta quince perros en torno suyo. Sin ser aún del todo una ciudad cien por cien_dog friendly_, la oferta de restaurantes u hoteles que admiten mascotas se ha multiplicado en los últimos años. Aquí casi todo el mundo tiene perro, y son perrazos.

18)LAS COMPRAS

Suba o baje el peso, la tentación de ir de compras a buen precio por los barrios de la ciudad es demasiado fuerte como para resistirse. Es obligado ir de antigüedades por San Telmo (mercadillo de los domingos sobre todo) , recorrer las tiendas de diseño de Palermo, comprar unos alfajores en cualquier rincón o un recuerdo kitsch inimitable por el Microcentro. Ojo a las muy tradicionales y reivindicables jarritas para servir el vino en forma de pingüino.

La fachada del café Tortoni
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19)LOS CAFÉS HISTÓRICOS

El Tortoni es el más emblemático, con su atmósfera que evoca tertulia, intelectualidad y exilio español durante los años del franquismo (hasta vende ya souvenirs propios y exhibe unas estatuas de cera de los iconos bonaerenses Gardel, Borges y Alfonsina Storni) , pero hay muchos más bien cargados de volutas, contrachapados, mármoles y camareros diligentes. Los 36 billares, las Violetas, el Gato negro… todos perfectos para un desayuno porteño de café con leche, medialuna y mucha tradición.

20)LA RELACIÓN CON LOS MITOS

Más que entregada, es ambivalente. Por cada fan que peregrina a la tumba de Evita en el cementerio de la Recoleta (donde descansa rodeada de los enemigos a los que combatió durante toda su vida con resentimiento de hija bastarda) , se encontrará un ferviente antiperonista que se cagará educadamente (o no) en la difunta y en su marido. Y por cada admirador de Maradona que se refiera a él como un Dios en la tierra habrá un escéptico que lo defina como un boludo, un drogadicto y un sinvergüenza que no reconoce a sus hijos. Así es el país, extremado y enemigo de medias tintas; capaz de hacer de dos personajes histórico-populares símbolos de identidad nacional con los que identificarse o a los que aborrecer, un poco como le pasa a la población con la propia Argentina. Una relación intensa, visceral e irresistible.

Deja lo que estés haciendo ahora mismo
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Autor: Rodolfo Cerminara
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