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La vacuna china Sinopharm, la nueva adquisición del régimen, ha estado rodeada de varias polémicas que cuestionan su efectividad

MIAMI, Estados Unidos.- Varios meses después de que el régimen cubano apostara por la utilización de sus propios candidatos vacunales para inmunizar a la población en la isla, rechazando cualquier posibilidad de comprar vacunas extranjeras, incluidas las de sus propios socios, las autoridades del país han incorporado a su esquema de vacunación la vacuna china Sinopharm, un fármaco que se ha visto envuelto en varias polémicas que cuestionan su efectividad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) autorizó el 7 de mayo de 2021 el uso de emergencia de Sinopharm, desarrollada por el Beijing Bio-Institute of Biological Products. El fármaco chino, recomendado para mayores de 18 años, es una vacuna de dos dosis que deben ser administradas en un intervalo de 21 días, y tiene una eficacia del 79 por ciento contra infecciones sintomáticas, lo que puede verse después de 14 días o más de la aplicación de la segunda dosis, según aseguró la OMS en ese momento.

Sinopharm, dijo en enero pasado la farmacéutica china, está hecha de virus inactivado que funciona de la siguiente manera: “el virus muerto sigue siendo inmunogénico. Puede ser identificado por el sistema inmunológico de un cuerpo humano, inducir la respuesta inmune y así producir anticuerpos”.

De acuerdo a una nota de BBC el pasado mes de julio, tanto Sinopharm como Sinovac, las dos de producción china, se utilizan ampliamente en países de bajo y mediano ingreso, “por lo que sus implicaciones podrían ser enormes”.

Además, tienen una característica crucial: “se pueden almacenar a una temperatura normal de frigorífico, lo que las hace más fáciles de usar en los países más pobres que no tienen acceso a instalaciones de almacenamiento especializadas”. Ambas se utilizan en casi 100 países de Asia, América del Sur y partes de África, agrega el texto.

Sin embargo, la vacuna ha dado de qué hablar en las Islas Seychelles y Mongolia, que, para julio, a pesar de lo pequeña de sus poblaciones, habían registrado algunos de los mayores incrementos de casos per cápita. Los dos países habían administrado mayoritariamente Sinopharm.

Asimismo, un estudio publicado el pasado mes de julio en Hungría aseguraba que “la vacuna contra el COVID-19 del laboratorio chino Sinopharm brinda escasa protección a los ancianos, lo que genera cuestionamientos en decenas de países que la han usado para inmunizar al sector más vulnerable de la población”.

“Es muy, muy preocupante que esta gente, que es de alto riesgo, muestre una baja respuesta de anticuerpos”, dijo al respecto el virólogo Jin Dong-yan, de la Universidad de Hong Kong, citado por la agencia de noticias AP.

El 27 de mayo pasado un artículo de Cubadebate aseguraba: “a los desesperados (genuinos o inducidos), a los venenosos y a los desconfiados les viene bien aquello de ´no por mucho madrugar se amanece más temprano´. Cuba no sólo logrará soberanamente su propósito de vacunar a todos los cubanos antes del final de este año (sea con dosis de Soberanas o Abdala), sino que dará su modesto pero efectivo aporte a la batalla mundial contra la pandemia”.

Este fin de semana, tres meses después, el régimen cubano debe acudir a uno de sus socios por vacunas para incorporarlas al esquema de vacunación en la provincia de Cienfuegos, ante el colapso por la crisis sanitaria que se vive en el país. De acuerdo a una nota del diario oficialista Granma, “la propuesta se basa en la aplicación de dos dosis de Sinopharm, con intermedio de 21 días, según lo recomendado por el proveedor, y una tercera –21 días después de la segunda dosis– con Soberana Plus”.

Esto, dijo la doctora Dagmar García, directora de Investigaciones del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), “no es un ensayo clínico, se trata de una estrategia de inmunización que busca maximizar la eficacia, sobre la base de combinaciones de vacunas”.

“Hoy el mundo está combinando e intercambiando vacunas como estrategia de maximizar la disponibilidad y la eficacia”, agregó.

El gobierno de la Isla intenta desde hace meses inmunizar a la población cubana con las vacunas Soberana 02, Abdala y Soberana Plus, sin que, hasta este momento, se evidencie una mejora ostensible del panorama epidemiológico en la Isla.

Sinopharm, la nueva adquisición cubana, es una de las incluidas en el mecanismo de intercambio COVAX, impulsado por la Organización Mundial de la Salud para entregar vacunas a países del llamado tercer mundo, al cual Cuba decidió no integrarse.

 

 


Autor: Rodolfo Cerminara
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