Movimientos antivacunas
Revisi贸n: VGM LIC. RODOLFO CERMINARA
INTRODUCCION
La evidencia sobre los 茅xitos de la vacunaci贸n en combatir las enfermedades infecciosas que amenazan la vida, es vasta y muy clara.
La misma se viene recopilando desde el desarrollo, hace m谩s de 200 a帽os, de la primera vacuna por Edward Jenner (1749-1823) contra una enfermedad que devast贸 a la humanidad, la viruela.
En la actualidad, y desde 1980, no tenemos que preocuparnos por esta enfermedad gracias al notable trabajo de Edward Jenner y los desarrollos posteriores que lograron con la vacunaci贸n masiva para erradicar de la faz de la tierra a dicha enfermedad.
A partir de aquel desarrollo inicial, y luego de muchos a帽os de investigaci贸n cient铆fica, se han generado con 茅xito y puesto a disposici贸n de la poblaci贸n un gran n煤mero de vacunas que han permitido protegernos de enfermedades infecciosas tan graves como el sarampi贸n, la tos convulsa, las meningitis, la rub茅ola, la polio, el t茅tanos, entre otros.
Con el uso de estas vacunas no s贸lo se lograron controlar enfermedades sino
que en varias regiones se consigui贸 eliminarlas.
La Argentina y la regi贸n de las Am茅ricas, por ejemplo, lograron, luego de efectuar una vacunaci贸n masiva durante 22 a帽os contra el sarampi贸n, que en 2016 se certificara la eliminaci贸n de la enfermedad en la regi贸n. Que en la actualidad 2020 hubo un rebrote justamente por la no vacunaci贸n de los ni帽os en tiempo y forma.
Los beneficios aportados por las vacunas han sido y siguen siendo enormes, como lo indican los siguientes n煤meros: han evitado m谩s 700 millones de enfermedades y m谩s de 150 millones de muertes, y se espera que durante 2011-2020 las vacunas salven 25 millones de vidas, 2,5 millones/a帽o, 7.000/d铆a, 300/hora y 5 vidas por minuto4,5.
Sin embargo, existen amenazas que pueden menguar los 茅xitos alcanzados. Los movimientos antivacunas representan una de estas amenazas que cada d铆a resultan m谩s preocupantes.
Estos movimientos constituidos por personas que, de manera irracional no creen en los beneficios que pueden aportar las vacunas, existen desde la implementaci贸n de la vacunaci贸n masiva hace muchos a帽os.
Son grupos muy activos y reivindicativos, que aportan informaci贸n no contrastable y acient铆fica, que siembran desconfianza en una parte de la poblaci贸n llevando a una reducci贸n de las coberturas vac煤nales recomendadas para el control de las distintas enfermedades.
En sus comienzos estos movimientos difund铆an sus mensajes en un contexto familiar, personal, cercano, mediante la utilizaci贸n de propaganda 鈥渢ipo panfletos鈥 para luego pasar a la comunicaci贸n de masas como las charlas o m铆tines.
Posteriormente fueron utilizando los avances sociales como prensa, revistas, radio y televisi贸n.
Hacia finales del siglo XX, con la aparici贸n de internet y su uso cada vez mayor, los movimientos antivacunas logran exponer sus teor铆as m谩s eficazmente, ya que los mensajes que divulgan por esa v铆a est谩n siempre presentes para quien los quiera consultar y adem谩s no tienen ning煤n filtro ni revisi贸n sobre los contenidos expuestos.
Hace poco m谩s de una d茅cada, los movimientos antivacunas cobraron impulso a ra铆z de la publicaci贸n de un estudio con un n煤mero reducido de ni帽os que mostraba una asociaci贸n entre la vacuna del sarampi贸n y el autismo.
La distorsi贸n de los datos presentados en aquel art铆culo y una docena de estudios con un n煤mero de individuos mucho mayor, muestran de manera concluyente que no hay ninguna asociaci贸n entre dicha vacuna y el autismo por lo que qued贸 desacreditado el art铆culo y el autor principal del mismo.
Sin embargo, los movimientos antivacunas persisten con una serie de argumentos que carecen por completo de evidencia y en muchos casos solo est谩n impulsados por fanatismos. Las consecuencias negativas para la sanidad de la poblaci贸n de las acciones de estos movimientos lamentablemente han sido documentadas y se siguen evidenciando.
En la d茅cada de los noventa por ejemplo, se detect贸 en Estados Unidos un brote de sarampi贸n en una escuela perteneciente a una comunidad religiosa que no aceptaba las vacunas.
Otro brote se detect贸 en el 2005 en Indiana (Estados Unidos) como consecuencia de que una ni帽a, que no estaba vacunada regres贸 de Rumania infectada de sarampi贸n y provoc贸 el contagio de otros ni帽os que no hab铆an sido vacunados, ya que sus padres cre铆an que la vacuna era peligrosa para sus hijos.
En Estados Unidos, en el 2019, se han confirmado 626 casos individuales de sarampi贸n en 22 estados. Este n煤mero de casos es por dem谩s preocupante ya que se iguala a la cifra detectada en 2014 luego de que se eliminara en el 2008.
Los estados que han reportado casos a CDC son Arizona, California, Colorado, Connecticut, Florida, Georgia, Illinois, Indiana, Iowa, Kentucky, Maryland, Massachusetts, Michigan, Missouri, Nevada, New Hampshire, Nueva Jersey, Nueva York, Oreg贸n, Texas, Tennessee y Washington.
En Italia en solo un a帽o (2017), el n煤mero de casos de sarampi贸n aument贸 a 5.098, cuando en 2016 se hab铆an registrado 843 casos. Italia tuvo la tercera tasa de sarampi贸n per c谩pita m谩s alta de Europa despu茅s de Rumania y Grecia, que son pa铆ses mucho m谩s pobres. La vacuna contra el sarampi贸n en Italia se introdujo en 1976.
El porcentaje de cobertura hab铆a aumentado constantemente a m谩s del 90 por ciento en 2003. Las campa帽as por mantener coberturas altas mermaron en 1999, porque en Italia se hab铆a cre铆do err贸neamente que se hab铆a arraigado la confianza en la ciencia y las vacunas.
En la regi贸n de las Am茅ricas en los 煤ltimos dos a帽os tambi茅n se registraron casos de sarampi贸n. El regreso de la circulaci贸n del virus end茅mico del sarampi贸n a un pa铆s de la regi贸n, as铆 como los brotes actuales, son una muestra de que existen brechas en la cobertura de vacunaci贸n en donde tienen su accionar los movimientos antivacunas. Estas brechas se deben cerrar en forma urgente.
Es claro que para hacer frente a esta problem谩tica contamos con una herramienta que debemos accionar de manera permanente: el acceso y la divulgaci贸n de informaci贸n s贸lida y basada en evidencia cient铆fica sobre vacunas.
Los datos epidemiol贸gicos comparativos entre la era prevacunal y la vacunal y los estudios de costo-efectividad son sin dudas datos inobjetables que muestran el beneficio que el uso de las vacunas conlleva.
El ciudadano debe informarse con su m茅dico, y no a trav茅s de personas o medios de comunicaci贸n no vinculados a la salud.
La vacunaci贸n no solo es un acto ben茅fico para el individuo sino tambi茅n para la comunidad.
Las vacunas no son solamente un derecho sino que tambi茅n son una obligaci贸n.